El cambio de comportamientos individuales y colectivos puede ser crucial en aplanar la curva de contagio. Es decir, desacelerar la velocidad de contagio para que nuestros sistemas de salud puedan afrontar la crisis y darle la mejor posibilidad a nuestro personal médico de combatir este virus.
Las recomendaciones parecen sencillas: Lavarse las manos más seguido, por al menos 20 segundos. No tocarse la cara. Mantener cierta distancia física de mínimo 1 metro o 3 pasos. Quedarse en la casa en caso de presentar síntomas. Cancelar eventos. Sin embargo, somos humanos y nos cuesta trabajo adoptarlas. Tocarse la cara es constante e inconsciente. Hasta a los profesionales de la salud se les olvida lavarse las manos.
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